domingo, 30 de agosto de 2009

Conociendo a mi segunda madre: Mi oncóloga médica

El 5 de abril de 2008 llegamos a la consulta con la doctora Loredo, mi oncóloga médica.

Fui acompañada por mi mamá y mis dos hermanas, Adriana de 23 años y Amira de 6 años. Se preguntarán qué hacía una niña tan pequeña oyendo todo eso pero, fue una decisión de todas el incluirla en este proceso y pasara lo que pasara ella estaría preparada.

La doctora nos dio una explicación de por qué me dio cáncer de ovario. Dijo que todo se debía a que cuando uno está en el vientre de la madre, el embrión está formado por tres capas y una de ellas (la de los ovarios) no recibió la información adecuada. Así que lo mejor era no buscar culpables.

Me dijo que iba a recibir quimioterapia la cual constaba de dos medicamentos específicos para mi cáncer, paclitaxel y carboplatino en ese orden. Con ayuda de unas imágenes me mostró el área afectada y por dónde podría ocurrir una metástasis, y que por lo tanto tendría que ser tratada.

Explicó qué es una quimioterapia:

- Es el empleo de medicamentos de tipo oncológico destinados a destruir células cancerígenas con la intención de la eliminación del cáncer que provoca. También puede ocurrir que la parte que no logre destruirse quede encapsulada y por tanto inactiva. Lo menos que se puede obtener de la quimioterapia, es la disminución del tamaño del tumor, lo que dará como resultado una mejor calidad de vida del paciente.

Además me dijo que las células cancerígenas crecen a una velocidad superior a algunas células sanas. Las células del cabello, de la boca y de la médula ósea también crecen rápidamente. La quimioterapia destruye toda célula que crezca aceleradamente, es por eso que destruye tanto células sanas como células malignas.

Por consiguiente iba a perder el cabello, cejas, pestañas y toda vellosidad del cuerpo, que iba a tener sed constantemente y que probablemente me saldrían úlceras bucales, para ello me recomendó qué podría hacer en cada caso.

La señal de inicio de los efectos secundarios del tratamiento sería la fatiga y que si estaba cansada que durmiera lo más posible porque, la médula ósea se estaría destruyendo por 10 días; yo estaría expuesta a cualquier enfermedad como una esponja por eso la limitación en visitas y mascota. Si me llegaba a enfermar de algo, esto sería tratado con medicamentos de uso normal.

La primer quimioterapia tendría que aplicarse después de 4 – 6 semanas de la primer cirugía.

También me dijo que era muy importante que estuviera acompañada por mi familia durante la aplicación de la quimioterapia ya que este era un factor decisivo en mi curación.

Al salir mi mamá me dijo “Los médicos no son dioses, pero sí pueden ser ángeles”, desde entonces, la doctora Loredo es nuestro ángel de la guarda.

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